En termodinámica, la ley de Hess, propuesta por Germain Henri Hess en 1840, establece que: «si una serie de reactivos reaccionan para dar una serie de productos, el calor de reacción liberado o absorbido es independiente
de si la reacción se lleva a cabo en una, dos o más etapas», esto es, que los
cambios de entalpía son aditivos: ΔHneta = ΣΔHr.
Equivalentemente, se puede decir que el calor de reacción
sólo depende de los reactivos y los productos, o que el calor de reacción es
una función de estado; en este sentido la ley de Hess es la
aplicación a las reacciones químicas del primer principio de la termodinámica; debido a que fue
enunciada unos diez años antes que ésta, conserva su nombre histórico.1 El propósito de
este planteamiento es analizar de forma muy breve las bases de la Termoquímica
como una solución a problemas de transferencia de calor en dichos procesos.
Cuando se busca saber qué tanto calor como una forma de
la energía absorbida o desprendida está presente en una reacción, es porque la
misma juega un papel muy importante de los cambios químicos, la pregunta obvia
en este caso resulta; ¿A qué se debe esa importancia? Se debe a que en todo
cambio químico hay ruptura y formación de nuevos enlaces químicos y para que
haya esa ruptura, se requiere energía y algunas veces en la formación de los
nuevos enlaces se requiere de menor energía para su formación y por tanto se
desprende la energía sobrante, razón por la cual, el estudio del calor y de su
relación con los cambios químicos resulta tan importante. Además de lo anterior
es necesario también conocer si el proceso depende no solo de si el cambio se
efectúa a volumen o presión constante, sino también de las cantidades de
sustancia considerada, su estado físico, temperatura y presión.
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